El pasado 1 de marzo se celebraba el juicio contra Susana Guerrero, acusada de denuncia falsa por su maltratador, defendido por la Fiscalía, cuando ella le denunció ante los tribunales por abusar sexualmente de la hija de ambos. Finalmente, el 1 de abril conocíamos que el Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción nº 3 de Talavera de la Reina la había absuelto. Entrevistamos a Susana para conocer su valoración y cómo va a continuar su lucha contra la violencia machista y pedófila.
Libres y Combativas.- Queremos darte la enhorabuena por esta sentencia. Una victoria muy importante para tí y para tu hija Nayara, pero también para todas las mujeres y menores que sufren la violencia machista y la pedofilia. ¿Cómo valoras la sentencia? ¿Cómo ha sido posible llegar hasta aquí?
Susana Guerrero.- Son años litigando, luchando en los juzgados pero también en las calles. Mi vida viene de atrás… un depredador sexual me captó y abusó de mí junto a su mujer durante años, aún siendo menor me dejó embarazada de mi hija Nayara.
Esta sentencia ha sido muy importante, aunque ahora queda enfrentarse al recurso del depredador. Valoro a la magistrada por haber tenido la valentía de absolver a una mujer a la que el sistema quería ver presa, o sea a mí. Valoro que haya escuchado a mi hija, aunque sigue existiendo corporativismo porque se protege a Máxime Winberg, el forense del equipo psicosocial que usó el inexistente SAP y elaboró un informe falso que nos ha llevado a esta dura situación.
La sentencia deja claro que los abusos sexuales hacia mi hija pudieran ser ciertos, pero por un instante también da que pensar de si dejan ahora a mi hija por mentirosa, algo que no voy a permitir. Esta sentencia debe abrir un procedimiento contra el agresor y hacer una investigación sobre los abusos sexuales hacia mi hija desde sus 4-5 años de edad.
Llegar hasta aquí no ha sido fácil, ha sido cuestión de lucha constante, de no abandonar, de levantarme cuando creía tenerlo todo perdido, de mirar a mi hija cada día y decir: sigue Susana, ella lo merece y la verdad va a salir. He vivido amenazas por los juzgados, persecuciones, detenciones, calabozos, retenciones ilegales, trampa tras trampa, me he dejado la salud, decidí apostarlo todo por mi hija, incluso mi libertad, pero estoy orgullosa. He podido con esos obstáculos y mi hija también (se me escapan las lágrimas recordando), ha sido duro, es duro, seguirá siendo duro, sólo voy a parar cuando se haga justicia para mi hija Nayara y lo lleven preso, ya que los abusos hacia mi han prescrito. El inexistente SAP debe acabar, se está llevando la vida de miles de mujeres y la infancia de miles de criaturas, mi caso es la norma y no la excepción.
LyC.- Tu caso ha puesto en evidencia la enorme impunidad que existe para los maltratadores y abusadores por parte del sistema judicial bajo este sistema, que en la mayoría de las ocasiones os convierte a las víctimas en sospechosas, ¿qué opinión te merece esto?
SG.- Existe un tipo de abuso sexual, más del 75%, que el sistema aún trata de tapar, el abuso sexual PATRIARCAL, es decir, el abuso sexual infantil dentro de la familia, ejercido por sus propios padres. El sistema patriarcal se niega a condenar hechos como éstos, al contrario, implantaron el inexistente SAP para seguir tapándolo y de alguna manera hacer responsable a las madres que denuncian y protegen a sus hijas e hijos. Las condenan por falsas denuncias cuando no lo son, les quitan las custodias y las ponen a manos de los depredadores sexuales, de los pedófilos que son sus propios padres, dejan a la niña o al niño en la más absoluta indefensión. Vivimos en una sociedad no sólo machista, sino pedófila, donde en muchas ocasiones a los PEDERASTAS los juzga otro PEDERASTA (con toga negra) y eso sí que es un peligro. De una forma o de otra hipersexualizan a las niñas desde un anuncio de televisión hasta una marca de ropa, cuidado madres, abuelos, abuelas, sociedad en general porque el sistema nos está intentando legalizar la PEDOFILIA de una forma solapada. Pensemos de una vez en la infancia y vamos a crear un movimiento para ella, tenemos que ayudarles.
LyC.- Has insistido en muchas de tus declaraciones en que habéis ganado una batalla, pero que ahora toca ganar la guerra. Tienes otro juicio en el mes de julio ¿por qué? ¿Cuáles son los siguientes pasos que vas a dar?
SG.- Así es. Desde finales de 2013 decidí que no iba a someterme más a obligar a mi hija a estar con un depredador que abusó de mí durante años y después de mi hija (suya a la vez) Esto tiene un nombre que poca gente da: PEDERASTIA. Por eso decidí proteger a mi hija y no permitir que el agresor la vea, y lo seguiré haciendo.
Los juzgados a esta protección le llama "desobediencia del régimen de visitas. ¿Régimen de visitas a un depredador sexual?, vaya... menudo sistema hay montado para las mujeres y lxs niñxs, el de perseguir a las víctimas Supervivientes y proteger a los agresores y eso tiene un nombre, PATRIARCADO.
En julio me siento en el banquillo por “la injusticia”, me piden un año de prisión por haber protegido a mi hija. Me juzga la misma juez que en marzo, sólo espero que ponga cordura una vez más y se sepa que yo he protegido a mi hija, no he INCUMPLIDO ninguna resolución, cualquier madre lo haría por su hija, sin embargo si lo hacemos nos vemos acorraladas y perseguidas por el sistema y eso tiene otro nombre, MALTRATO INSTITUCIONAL.
Tan sólo le mando un último mensaje al sistema, no voy a parar hasta que ganemos la guerra: que el agresor cumpla por su delito de abusos sexuales, que se haga justicia para mi hija Nayara, que se elimine el inexistente SAP, que se condene a los profesionales que lo usen y que se tenga en cuenta de una vez a las víctimas invisibles, los menores. Ellos son el futuro y nos necesitan.
Fuerza a todas las madres que están en ésta dura situación y protejan a sus hijas e hijos por encima de todo, la ley cambiará cuando se vea que hay millones de afectadas y si no, haremos que cambie.