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Es complicado describir la fuerza que hemos sentido este fin de semana en las manifestaciones del Orgullo Crítico. El viernes 28 y el sábado 29, en decenas de ciudades, miles y miles de personas hemos cogido nuestras banderas arcoíris y palestinas, nos hemos atado la kufiya al cuello, y hemos vuelto a gritar que el Orgullo no es una fiesta, es una protesta.

Selena Ortiz, estudiante y compañera de Lliures i Combatives, el Sindicat d’Estudiants y Esquerra Revolucionària en Barcelona, ha sufrido acoso y transfobia en su centro de estudio. A pesar de que en los últimos años la visibilización y la lucha por los derechos trans ha avanzado considerablemente, unido a las movilizaciones feministas combativas de masas y la radicalización del movimiento LGTBI de clase, todavía queda mucho por conseguir y pelear.

¡Viva la lucha del pueblo palestino!

La violencia que sufrimos las personas LGTBI en todos los ámbitos de nuestra vida es insoportable. Los ataques y la discriminación son constantes. En el Estado español se calcula que alrededor de 280.000 personas han sufrido agresiones por su orientación o identidad sexual en algún momento de los últimos cinco años. El 27,5% ha sido discriminado. El 8,6% ha sufrido violencia física o sexual. Y esto son solo los datos a los que tenemos acceso. Es intolerable, asfixiante y agotador.

¡Fuera la LGTBIfobia y la extrema derecha de nuestras aulas!

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El próximo 17 de mayo es el Día Internacional contra la Homofobia, la Bifobia y la Transfobia. Desde Libres y Combativas y el Sindicato de Estudiantes animamos a todos, todas y todes las estudiantes a organizar lecturas de este manifiesto en sus clases, concentraciones en la hora del recreo, colgar banderas, pancartas y murales, y todo tipo de acciones reivindicativas que nos permitan decir alto y claro que queremos unas aulas libres de violencia contra el colectivo LGTBI.  ¡Queremos ser lo que somos!

Podéis enviarnos todas las fotos y vídeos que hagáis ese día a través de nuestras redes sociales o al correo Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

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Este 17 de mayo, Día Internacional contra la LGTBIfobia, queremos seguir denunciando la violencia insoportable que sufrimos las personas LGTBI en todos los ámbitos de nuestra vida.

Los ataques y la discriminación son constantes. En el Estado español se calcula que alrededor de 280.000 personas han sufrido agresiones por su orientación o identidad sexual en algún momento de los últimos cinco años. El 27,5% ha sido discriminado. El 8,6% ha sufrido violencia física o sexual. Y esto son solo los datos a los que tenemos acceso. La realidad es inimaginable. Es intolerable, asfixiante y agotador.

A pesar del avance social evidente que existe respecto a los derechos LGTBI, especialmente entre la juventud, el discurso reaccionario de la extrema derecha de Vox y del Partido Popular está detrás del aumento de los discursos de odio, que han crecido un 34%, de la violencia callejera –2022 registró un 70% de agresiones más respecto a años anteriores– y también del acoso en nuestras aulas, que lo sufre el 60% de la comunidad LGTBI.

Su persecución constante, su ideología retrógrada, homófoba y medieval, que esparcen desde las instituciones, en las redes sociales y los platós de televisión, y sus recortes allí donde gobiernan, convierten nuestras vidas en un verdadero infierno.

Cuando Abascal y compañía dicen que estamos enfermos o que están muy preocupados por “el aumento de la homosexualidad y la transexualidad”, nos colocan en una diana para que su base social venga a atacarnos. Cuando la justicia patriarcal condena a años de cárcel a los activistas que protestaron contra el autobús transfobo de Hazte Oír, se manda un mensaje muy peligroso. Cuando recortan leyes, cuando legislan que vuelvan a existir las terapias de conversión, cuando prohíben y censuran libros sobre nuestros derechos, cuando hablan del “adoctrinamiento LGTBI” y exigen que haya un Día del Orgullo Hetero… con todo esto, lo que hacen es marcarnos como el objetivo para que otros vengan a por nosotras.

Este es el verdadero rostro de la derecha y la extrema derecha, de las sectas católicas y la jerarquía de la Iglesia. Ponen en la diana al colectivo LGTBI, a las mujeres, a los inmigrantes, a los trabajadores y trabajadores en general para que retrocedamos a los años 40, para enviarnos de nuevo al armario, a casa, a vivir nuestra sexualidad con miedo, vergüenza y en silencio, como tantas y tantas personas sufrieron durante la dictadura franquista.

No lo vamos a permitir. No vamos a permitir que su violencia LGTBIfóbica y fascista se cuele en nuestras aulas y campe libre por las calles. La juventud LGTBI, las lesbianas, gays, bisexuales, trans… tenemos claro que solo podremos frenar el avance de la extrema derecha con la lucha en las calles.

Somos antifascistas, sí. Pero también, como cada 17 de mayo, tenemos que señalar que la derecha cuenta con  un socio muy fiable en las filas del PSOE para que este discurso tránsfobo y LGTBIfóbico se abra camino. El Gobierno podrá decirnos las veces que quiera que están de nuestro lado, pero si atacan furibundamente la Ley Trans, defienden sentencias judiciales patriarcales, votan leyes con la derecha y colocan a una tránsfoba convencida al frente del Instituto de las Mujeres… están más cerca del Partido Popular y Vox, que del movimiento LGTBI combativo.

No podemos esperar más. Nuestras vidas dependen de ello. Queremos ser lo que somos en nuestras aulas, queremos educación sexual inclusiva y que haya recursos suficientes en la escuela pública para luchar contra el acoso escolar. Queremos que se depure el aparato del Estado y la judicatura de franquistas. Queremos justicia real para las víctimas y que haya castigos ejemplares a quienes nos atacan. Queremos tener garantizado el derecho a una vivienda, a un empleo, a una sanidad pública digna para todes. Que se derogue la Ley de Extranjería y la Ley Mordaza.

No vamos a permitir que este sistema capitalista y patriarcal nos aplaste. Nuestra fuerza está en las calles, como demostramos cada 8 de marzo, cada Día del Orgullo LGTBI, cuando salimos a luchar por los servicios públicos o contra el genocidio sionista en Palestina.

Queremos ser libres, queremos derechos y dignidad. Y no dejaremos de pelear hasta conseguirlo. ¡Mandemos la LGTBIfobia y a la extrema derecha al basurero de la historia!

Cuando estas navidades se hacía público el nombramiento, por parte del PSOE, de Isabel García como nueva directora del Instituto de las Mujeres, una ola de indignación recorrió al movimiento feminista que lucha y conquista derechos.

¡Tenemos que parar los pies a esta fascista!

El pasado viernes, Isabel Díaz Ayuso lanzaba un nuevo plan de recortes en los derechos LGTBI en Comunidad de Madrid. Esta fascista ha registrado una reforma por vía de urgencia para modificar las leyes LGTBI y trans, asumiendo así la exigencia de Vox que desde 2019 piden su derogación. La excusa de Ayuso es que “hay que dar poder de decisión a los profesionales frente a los lobbies”. ¿La realidad? Se volverán a legalizar las terapias de conversión para las personas trans. Es una vuelta al medievo.