Sandra Blázquez · Libres y Combativas Madrid

¡Basta ya de opresión ideológica en nuestras aulas!

Hace unos años, el 4 de diciembre de 2012, la asociación ultracatólica HazteOír le concedía al obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, su premio anual por su "defensa de la dignidad humana" y le reconocía como una de las voces "más libres y contundentes sobre la verdad de la familia". Este obispo es conocido por declaraciones contra la homosexualidad como: "Piensan desde niños que tienen atracción hacia personas de su mismo sexo y, a veces, para comprobarlo, se corrompen y se prostituyen, van a clubs de hombres. Os aseguro que encuentran el infierno". Pero también es un arduo defensor del derecho a la vida y contra el aborto subrayando “que no hay razones para defender el aborto y que es producto de sociedades atrasadas”.

En este acto de entrega de premios, se encontraban Santiago Abascal, presidente y fundador de Vox, el obispo de Alcalá de Henares e Ignacio Arsuaga, presidente de HazteOír. Es ampliamente conocida la relación que tienen las asociaciones ultracatólicas con la Iglesia y el Obispado, pero si vamos más allá, podemos relacionar al partido de Abascal y a la asociación de Arsuaga con una secta ultracatólica denominada El Yunque, nacida en México en 1952 para combatir el laicismo. Esta sociedad secreta ultraconservadora, financió al partido político Vox en sus inicios, y está completamente fusionada con HazteOír, cuyo presidente defendía el pasado mes de marzo el derecho a la vida con las siguientes palabras: “Se debe derogar la actual ley del aborto y promulgar una ley de protección de la maternidad, de la mujer embarazada y del derecho a la vida de todos los seres humanos desde el momento de la concepción. En ningún caso, permitir el aborto bajo el supuesto del riesgo para la salud psicológica de la madre, el verdadero ‘coladero’ de la ley de 1985”. Esta ley a la que se refiere, basada en supuestos, establecía entre otras cosas que, en caso de violación, sólo se podía abortar antes de las 12 semanas y sólo si la víctima había interpuesto una denuncia previamente.

El lobby católico: impunidad y relación con la ultra derecha

Mientras la ultraderecha y la derecha retrógrada de este país sigue otorgando galardones a los obispos más reaccionarios y homófobos de la Iglesia Católica, ésta sigue quedando impune ante los mayores escándalos que se han dado dentro de sus filas: los casos de pederastia que hemos sabido en el último periodo y la trama de los bebés robados.

Según ECA Global, una organización de supervivientes del abuso clerical, existen más de 100.000 víctimas de la pederastia clerical reconocidas en el mundo en Estados Unidos, Alemania, Australia, Irlanda, Holanda, Chile, México, Italia, Estado español, etc.

Hablamos, por ejemplo, del caso destapado en Pensilvania el pasado agosto, en el que se desvelaban abusos sexuales perpetrados por más de 300 curas, y donde al menos mil niños fueron víctimas de estos abusos. En Alemania, un nuevo informe filtrado por ‘Der Spiegel’ desveló que 1.679 clérigos y sacerdotes abusaron sexualmente de 3.677 menores de edad entre 1946 y 2014. También en Chile, donde hay abiertas investigaciones contra siete obispos y 96 sacerdotes por agresiones sexuales a menores en la década de los sesenta. Y, sin embargo, el Papa Francisco prefiere defender y proteger a los agresores y seguir humillando a las víctimas, tal y como quedó demostrado en la Cumbre del Vaticano celebrada el pasado mes de febrero. Así lo definía una víctima que asistió al encuentro: “El papa Francisco ha dado un guantazo a todas las víctimas de pederastia que hemos venido de los cinco continentes para pedir explicaciones. Se ha pasado la mitad del discurso hablando de los abusos fuera de la Iglesia. A nosotros nos abusaron dentro de la Iglesia, eran sacerdotes, monjes, profesores católicos.”

Aquí, en el Estado español, se siguen conociendo casos de abusos sexuales a menores, los más sonados en Catalunya, donde al menos 80 adultos han denunciado que cuando eran pequeños un cura se aprovechó de ellos. En el punto de mira están cuatro grandes casos: Los Maristas de Barcelona donde al menos 43 niños fueron víctimas de abuso; el de la Abadía de Montserrat con al menos 9 víctimas; los escolanets de Vilobí d’Onyar (Girona) y los escolanets de Constantí (Tarragona) donde ni siquiera se pueden cuantificar las víctimas. La mayoría de los casos han prescrito.

Mientras se siguen destapando más y más casos de abusos sexuales a menores en la Iglesia Católica, ésta misma oculta sin ningún pudor los casos de pederastia sin que haya represalias judiciales para los abusadores. De la misma forma queda impune ante una de las mayores barbaries que se produjeron durante la Dictadura Franquista y hasta hace apenas 23 años, los casos de “los bebés robados”. Entre 1938 y 1996 unos 30.000 niños fueron secuestrados por la Iglesia Católica y separados de sus madres, en su gran mayoría muy humildes, para venderlos a familias pudientes, bajo pretexto de que habían muerto durante el parto. Hasta la fecha ninguno de los responsables ha rendido cuentas por sus crímenes y el 99% de las denuncias están archivadas.

La Iglesia Católica utiliza todos los recursos del Aparato del Estado para proteger sus privilegios a toda costa. Por eso no es ninguna casualidad que todos estos crímenes hayan preescrito para que no se puedan juzgar. Es la impunidad total de la que goza la Iglesia Católica.

Igual que tampoco es ninguna casualidad los estrechos lazos que existen entre la Iglesia y el bloque reaccionario porque defienden intereses y privilegios comunes. Pablo Casado y Santiago Abascal saben que deben contar con el apoyo de los lobbies católicos (Opus Dei, Kikos, Jesuitas…) que no solo les votan, sino que además financian sus campañas y partidos. El mismo ministro del interior en 2013, Jorge Fernández Díaz, del Partido Popular y miembro del Opus Dei, declaró a HazteOír como entidad de utilidad pública, dándole un importante apoyo fiscal y de notoriedad. Otros como la Asociación Española de Abogados Cristianos (AEAC), Centro de Estudios Jurídicos Tomás Moro (CEJTM) o E-Cristians tienen lazos personales con figuras que ostentaron mucho poder en el PP, como Mayor Oreja o Alberto Ruíz Gallardón, principal precursor de la reforma del aborto.

Los tentáculos de la Iglesia Católica en la educación

También es conocida la influencia que tiene la Iglesia en la educación, donde durante años ha habido una batalla ferviente por introducir las ideas atrasadas, machistas, homófobas y sexistas propias del catolicismo y de estos obispos, arduos defensores de la criminalización del aborto y la homosexualidad. De hecho una de las medidas estrella de la LOMCE del PP nada más llegar al Gobierno en 2011 fue la de otorgar un mayor peso a la asignatura de religión dentro de las aulas y hacerla obligatoria de cursar en la práctica.

En la esta Ley educativa, aun vigente, se incluye un currículo de Religión diseñado por la propia Conferencia Episcopal Española (CEE). En él se eliminan las referencias a otras creencias religiosas o se evalúa el aprendizaje de oraciones y rezos en los primeros años de Primaria. Además, privilegia a la asignatura de religión católica respecto a otras opciones y le devolvía su plena validez académica al computar plenamente en el expediente de los alumnos al mismo nivel que asignaturas tan necesarias como las matemáticas, la historia, la física, la literatura, la biología o la filosofía.

La Iglesia Católica tiene mucho poder en el sistema educativo español. Una de las razones es el control que tienen de los centros concertados, a través de órdenes o congregaciones u organizaciones como el Opus Dei. Estos centros reciben de las Administraciones Públicas un 35,8% del presupuesto de educación en Primaria y un 34,3% en la Secundaria Obligatoria. En muchos de estos centros no sólo se enseña, sino que se adoctrina con la presencia de símbolos católicos en las aulas, la obligatoriedad para los alumnos a asistir a ceremonias religiosas o participar en la celebración de ritos, algo que debería estar prohibido.

Muchos de estos centros católicos, además, segregan por sexo a sus alumnos, lo que va en contra de las políticas de igualdad de género. Algunos casos escandalosos son, por ejemplo, el del colegio Juan Pablo II de Alcorcón, donde como actividad complementaria el año pasado los niños acudieron al estadio Santiago Bernabéu y las niñas hicieron un taller de ganchillo. En el mismo municipio, el colegio Fuenllana, del Opus, privado-concertado y que segrega a sus alumnos por sexo, ofrecía talleres de moda y cocina para ellas y de sistemas microinformáticos e instalaciones de telecomunicaciones para ellos.

Es necesaria una Educación gratuita, laica y de calidad, donde los tentáculos de la Iglesia Católica, el Obispado o la Conferencia Episcopal no tengan espacio alguno.

Por eso desde el Sindicato de Estudiantes y Libres y Combativas no sólo luchamos para que exista una asignatura de educación sexual inclusiva y en libertad, evaluable y obligatoria en todos los centros de estudio, tanto públicos como privados, para educar contra el machismo y el sexismo, el maltrato y la cultura de la violación, contra la homofobia y las transfobia. Luchamos por desenmascarar y depurar el Aparato del Estado y acabar con el poder e impunidad de la Iglesia y exigiendo juzgar todos los sus crímenes. La única manera de acabar con el poder y el control ideológico de la Iglesia es destapando y señalando el papel de opresión que juega para el sistema capitalista y luchando por transformar esta sociedad en una sociedad libre de todo tipo de opresión.

¡Basta ya de impunidad!

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