Teresa Prados · Lliures i Combatives Barcelona
¡Basta ya de humillación para la víctima!
En febrero de 2019 una nueva Manada violaba a una mujer de 18 años en Sabadell. La víctima fue acosada por un hombre durante toda la noche, quién la esperó fuera del local donde la joven estaba con sus amigos para más tarde intimidarla y agredirla sexualmente con tocamientos. El agresor la forzó a ir a una nave abandonada de Sabadell donde esperaban otros cuatro hombres a los que les dijo que la iba a violar. La mujer fue violada por tres de ellos, mientras otros tres permanecían como espectadores, siendo cómplices de la violación.
Tras la denuncia de la víctima en los Mossos d'Esquadra fueron nueve los detenidos, aunque finalmente solo dos de ellos permanecieron en prisión preventiva.
El sistema judicial está podrido y lleno de machistas y franquistas
El pasado 6 de abril empezó el juicio. Sólo se han sentado en el banquillo cuatro de los nueve detenidos y, de estos cuatro, ¡solamente uno está acusado de agresión sexual, y a los otros tres simplemente se les acusa de cooperación!, mientras otro de los detenidos que las pruebas han revelado que participó de la violación no será juzgado ya que está en paradero desconocido después de haber huido aprovechando la libertad condicional que le otorgaron, como ya ocurrió con dos de los agresores de la manada de Manresa.
A pesar de que incluso, a la entrada del juzgado, uno de los violadores ha saludado a las cámaras de televisión de forma despreciablemente chulesca con el dedo índice y corazón en uve, y que todos ellos durante el juicio están mostrando una actitud totalmente despectiva hacia la víctima, están siendo tratados con guante de seda.
En cambio, la víctima no solamente está teniendo que declarar en presencia de sus violadores y sufriendo sus insultos y desprecios, sino que está siendo sometida a humillaciones y ataques constantes por parte del juez, el fiscal y el abogado defensor de los violadores.
El fiscal, Eduardo Gutiérrez, ha sometido a la víctima a un interrogatorio totalmente hostil y criminalizador, intentando sin éxito dejar en evidencia su testimonio y dudando de cada palabra que con gran y crudo esfuerzo relataba la joven, con acusaciones como “¿Está segura de lo que narra?”, “¿A qué se refiere con que la forzaron a mantener relaciones sexuales con violencia?”, “¿No intentó huir?”, “¿Recuerda su cara? ¿Se acuerda de él?” o “¿No pudo hacer nada contra él?”. Preguntas totalmente escandalosas y vergonzosas. La joven lleva dos años teniendo que relatar los hechos ante la policía local, el juez de instrucción, el médico, los Mossos y ahora en el juicio, ha tenido que reconocer varias veces a los violadores y lleva en tratamiento psicológico desde entonces.
Por si todo este sufrimiento no fuera poco, ¡el juez ha permitido difundir públicamente su nombre, su edad, su voz y hasta su orientación sexual! Todo esto muestra cómo las mujeres violadas son tratadas con puño de hierro por el podrido sistema judicial del régimen del 78.
En una actitud ingratamente sorprendente, el abogado de la víctima, Jorge Albertini, ha afirmado no sentirse molesto con la actitud del fiscal, e incluso ha dicho que: “Son las mismas preguntas que hubiera hecho yo (…) además no hay mejor terapia que contar en el juicio todo lo que ocurrió”. ¡Revivir una violación múltiple en medio de una salvaje criminalización es terapia! El abogado de la víctima ha utilizado como argumento en el juicio la orientación sexual de la víctima para afirmar que no podía ser sexo consentido. ¡¿Es que acaso la orientación sexual de una mujer determina si fue o no violación?! ¡¿Es que acaso las mujeres heterosexuales, por su orientación sexual, no son violadas?! Nada más lejos de la realidad. Todos estos argumentos, que tristemente provienen de un abogado que teóricamente debe proteger los derechos de la víctima, vuelven a señalarla a ella como culpable y expresan la pobredumbre de un sistema judicial donde el machismo es estructural.
¿Formar a jueces y fiscales en artes psicológicas o feminismo? ¡No, hay que expulsar de la judicatura a los y las machistas y cambiar el sistema!
El escándalo y el masivo rechazo social generado por la actitud despreciable del fiscal en la interrogación a la víctima, ha obligado a intervenir a la fiscal delegada de violencia de género, Pilar Martín. Sin embargo, ha intentado capear el temporal con argumentos falsos, que no resuelven nada y que pretenden justificar la actitud del fiscal. Ha afirmado que “seguramente el fiscal intentaba afianzar la declaración y debería haber explicado a la víctima por qué le preguntaba esos detalles, y así ella hubiera recibido las preguntas de otra forma” y señala la “falta de formación en artes psicológicas”. Por otro lado, la fiscal jefa de Sabadell, Neus Pujal, ha apoyado también a su colega diciendo que no es machista ni está en contra de su víctima y ha justificado su actuación por “sus pocos años de experiencia”.
Estos argumentos son deleznables, son un total despropósito. No, lo que hace falta no es más formación o más experiencia, sino poner fin a un sistema judicial que ampara violadores y ataca a las víctimas, de la misma manera que protege a fascistas y corruptos y encarcela a raperos, activistas sociales y políticos independentistas.
En los últimos días hemos visto cómo esta justicia ha dejado impune la violación de a la Manada de Manresa, donde cinco desgraciados violaron a una niña de 14 años. También hemos visto cómo deja en libertad a los fascistas que atacaron hace siete años el Centro Cultural Blanquerna uno de los cuales irá en las listas de la Falange de Madrid en las elecciones del próximo 4 de mayo. ¡Total impunidad para violadores y fascistas! ¡No podemos confiar en los amos de este sistema y de esta justicia para poner fin a nuestra opresión como mujeres y como clase trabajadora!
Es urgente expulsar de las instituciones y de la judicatura a todos los y las jueces y juezas y fiscales machistas y franquistas, poner la justicia al servicio de la clase trabajadora y en defensa de las más oprimidas entre los oprimidos y, por supuesto, acabar con este sistema podrido que protege y ampara la violencia contra nosotras.
La Ministra de Igualdad, Irene Montero, haciéndose eco del gran impacto social que está teniendo el juicio, ha señalado que las instituciones deben evitar la revictimización de la mujer que sufre la agresión sexual. Pero no basta con hacer un tuit. Unidas Podemos debe dar un paso adelante, dejar de aceptar la lógica de funcionamiento del régimen del 78 y pelear en las instituciones pero sobre todo en las calles para depurar un sistema judicial heredero del franquismo y que está plagado de los elementos más reaccionarios.
Nosotras no nos vamos a rendir. Lejos de abandonar la lucha para meternos en casa, seguiremos llenando las calles y señalando a todos y todas las culpables de nuestra opresión. ¡Nos quieren calladas y en casa, pero nos tendrán combativas y en las calles!
Hay que romper con este sistema opresor y patriarcal construyendo una sociedad socialista para romper nuestras cadenas. El único camino para conseguirlo es la organización y la lucha revolucionaria.
¡Basta de justicia patriarcal! ¡Castigo ejemplar para la Manada de Sabadell!
¡Nos queremos vivas, libres y combativas!