La afición del Rayo Vallecano, el fútbol femenino y el barrio madrileño de Vallekas han declarado la guerra al recién estrenado entrenador del primer equipo femenino, Carlos Santiso. El club vallecano anunció el pasado viernes la contratación Santiso, autor de unos más que nauseabundos audios en los cuales se le puede escuchar hablando con el resto de su cuerpo técnico sobre cometer una violación grupal como el caso jugadores de la Arandina en noviembre del 2017. En dichos audios se le podía escuchar decir lo siguiente: "Este staff es increíble, pero nos faltan cosas. Nos falta, sigo diciéndolo, hacer una como los de la Arandina. Nos falta que cojamos a una, pero que sea mayor de edad para no meternos en jaris y cargárnosla todos juntos. Eso es lo que une a un cuerpo técnico y a un equipo. Mira los de la Arandina, que iban directos al ascenso. Buen domingo, chavales".
Estas declaraciones son obra de un ser totalmente despreciable y criminal al que se le debería haber prohibido entrenar a ningún otro club. Sin embargo, nada más lejos de la realidad ya que el presidente del Rayo Vallecano, Raúl Martín Presa, en unas declaraciones a la cadena SER ha reiterado su apoyo al técnico afirmando que "aquí se fichan profesionales, no personas". Que poca vergüenza.
Las primeras en salir públicamente fueron las propias jugadoras del club a través de un comunicado de la AFE (Asociación de futbolistas españoles) rechazando las manifestaciones de Santiso "por ser contrarias a la dignidad de las mujeres y que son de una gravedad que no es aceptable en ningún caso".
Al instante tanto la afición vallecana como los vecinos del barrio de Vallekas se lanzaron a la denuncia de este sinvergüenza y de sus criminales palabras aprovechando el primer partido en casa de Santiso con mensajes como: “No queremos perdones, Santiso te queremos fuera”, “Machista fuera de Vallekas”, “Respeto y dignidad para el Rayo femenino” o “Por nuestras hijas, hermanas, madres, amigas... por todas: Santiso fuera del Rayo”.
La afición rayista y vallecana ha sido muy crítica con la gestión del actual presidente del club, el cual aceptó la cesión del jugador Zozulia, abiertamente nazi, y abrió las puertas del Estadio de Vallecas a los también fascistas Santiago Abascal y Rocío Monasterio. "En su día nos opusimos al fichaje de un nazi, hoy lo hacemos ante el de un machista degenerado. Ni las ideas de uno ni los actos del otro representan en nada los valores de la Franja , por lo que esperamos que sea destituido y no ensucie más el nombre de nuestro Club", declararon las Peñas del Rayo en un comunicado por redes sociales.
Estas declaraciones que incitan a las violaciones grupales no son fruto de un único individuo o sus características. Nacen de la protección sistemática que se blinda a los violadores de las Manadas, de la guerra que este sistema y su justicia patriarcal ha declarado al movimiento feminista, azuzando a sus elementos más reaccionarios a pensar y actuar con más saña que nunca contra nosotras.
El barrio obrero de Vallekas, con importantes tradiciones de lucha, lo tiene claro: los valores de sus vecinas y vecinos son feministas, antirracistas, antifascistas y anti-LGTBIfóbicos. Desde el primer momento el barrio mostró su solidaridad con las jugadoras y plantaron cara tanto a Santiso como a la directiva, pidiendo su inmediata destitución. Este personaje es un engranaje de una cultura de la violación repugnante que atenta contra la integridad y la vida de las mujeres, y que se esparce en los centros educativos, en el trabajo o en el deporte profesional gracias a las políticas capitalistas y la justicia patriarcal. Por eso ninguna tolerancia Carlos Santiso tiene que ser expulsado del Rayo Vallecano y se le debe prohibir volver a entrenar a ningún otro club.
Contra la violencia machista, la LGTBIfobia y el fascismo… ¡Fuera machistas de nuestros barrios!