Crónica de Cristina Fallarás para Público.es
"Si hay violencia e intimidación es muy sencillo probarlo porque con sólo con una herida se puede probar que ha habido violencia". Pilar Llop, ministra de Justicia. martes, 7 de febrero de 2023. O sea, ayer mismo.
Cuando tienes 18 años y un hombre mayor se sienta cerca de ti en el vagón vacío y se echa la mano al paquete y te mira a los ojos hasta dejarte paralizada de terror y se baja la bragueta, saca un pene duro como un arma de hacer daño, empieza a menearlo, quieres morirte, miras por la ventanilla para no ver, te entran unas ganas tremendas de orinar, empiezas a oír su respiración, sabes que no te moverás aunque pase tu parada, te tiemblan las piernas, notas que vas a mearte encima, lo oyes gruñir y mascullar, sabes que no aparta los ojos de ti, te tiembla ya el cuerpo entero por dentro, lo oyes gemir y soltar un jadeo bronco, cuando eso pasa, Pilar Llop, busque la herida a ver si la encuentra. Búsquele la herida a esa cría que era yo. Búsquemela, ministra.
Cuando tienes 20 y dos tipos en una discoteca a altas horas de la madrugada se te meten en el baño y estás sentada en el retrete y uno te agarra los hombros para que no te levantes, alza un dedo amenazante, hace un gesto de ir a cortarte el cuello con el dedo pulgar sobre su garganta, cuando empiezas a convulsionar mientras el otro mete la mano hasta tocarte la vulva, abrirla, meter el dedo por la vagina, buscar el ano, cuando el que está de pie decide meterte la polla en la boca para que no grites y te ahogas y ni llorar puedes de puro terror, asco, dolor, vergüenza, cuando saca el dedo de la vagina y te penetra el ano, sientes unas ganas insoportables de cagarte, cuando salen y caes al suelo del retrete llen de inmundicias y por fin gritas y lloras y te encoges y te enroscas con el semen en las comisuras sin ser ya nunca más la que eras, nunca más tú, cuando eso pasa, Pilar Llop, busque la herida a ver si la encuentra.
Cuando tienes 22 y cuatro tipos en la fiesta mayor te salen al encuentro en el camino de regreso a casa, al pueblo de al lado, y te amenazan y sabes que no puedes correr, que si te resistes te molerán a palos, y te aterra la posibilidad de sentir dolor, cuando te obligan a desnudarte y tumbarte sobre el pasto y empiezan a sobarte las tetas, uno rompe una botella, vuelven a amenazarte con rajarte si abres la boca, te tocan el coño entre risotadas, uno saca el teléfono, cierras los ojos como las niñas pequeñas, para que no te vean, para que no te graben, cuando ellos, en un remedo del bukake con el que se pajean en Youporn y para ni siquiera tocarte, se sacan los cuatro penes y empiezan a pajearse, cuando empiezas a temer que te maten después de correrse, cuando gimoteas que no se lo contarás a nadie y sientes las primeras salpicaduras de semen sobre el vientre y el rostro, cuando de repente ya estás sola y helada cuando eso pasa, Pilar Llop, busque la herida a ver si la encuentra.
Cuando tu pareja te obliga a ver porno duro para dañarte mientras se folla dolorosamente a otra persona, busque la herida.
Cuando tu superior te obliga a mirar cómo se masturba con amenazas de contar "lo tuyo", busque la herida.
Cuando tu familiar te penetra amenazando castigos y vergüenzas, cuando te obliga a masturbarlo, busque la herida.
Y ya paro, ministra Llop. Paro pero podría llenarle varias páginas más. Paro porque se me ha disparado la ansiedad, es lo que tiene la memoria, y además creo que es suficiente.
Me escandaliza su ignorancia, su insensatez, porque no quiero creer que es mala fe. "Solo con una herida se puede probar que ha habido violencia", dijo usted ayer en la Cadena SER. Le invito ministra de Justicia Pilar Llop a que, en esas mujeres que yo he sido o he conocido, en todas esas que siguen sufriendo lo mismo, le invito a que busque la herida. Y si no la encuentra, pídales por lo tanto que demuestren que ha habido violencia.