Libres y Combativas Asturias
Durante la manifestación antitaurina del pasado 15 de agosto en Gijón, Fernando Fernández, el presidente de la asociación Activistas Taurófilos Asturianos (Astas) decidió declarar ante la prensa, sin pelos en la lengua, lo que realmente piensan los amantes de los toros y la bandera.
Este reaccionario, que fue de número 11 en la lista de Vox para el ayuntamiento de Gijón en las pasadas municipales, después de hablar de “perroflautas que fuman marihuanna” y soltar otros cuantos insultos contra la izquierda, comparó a los toros con las mujeres víctimas de violaciones. “Los toros no sufren como puede sufrir una violada por cuestiones de honor, de dignidad, es decir, solamente conocen el daño físico y ese daño físico no ha sido jamás demostrado en términos científicos”.
Que una organización tan casposa como Astas, que admite buscar mantener la “integridad” de los toros como fiesta nacional y la “formación de una militancia que exalte los valores positivos de la tauromaquia”, niegue el maltrato animal no es de extrañar. Ni tampoco lo es que estos franquistas vestidos con traje de luces o que ovacionan desde las gradas de las plazas con sus pulseritas de España, se rían de las víctimas de la violencia machista, frivolicen y banalicen una violación. Al fin y al cabo son quienes han declarado la guerra a los derechos de las mujeres y nos quieren hacer retroceder a una época en la que, sí, los toros, pegar a tu mujer e irte de putas, era lo más normal. Para esta caterva de machos de ultraderecha sigue siendo lo normal.
El Ayuntamiento de Carmen Moriyón, de Foro Asturias, con el apoyo del Partido Popular y Vox, ha recuperado las corridas de toros en la ciudad con la celebración de la feria de Begoña en El Bibio, alegando que ya es hora de “establecer una normalidad que nunca se debió de perder” para “honrar la historia de la ciudad y de los antepasados de los gijoneses”. Es como escuchar el NODO.
Luego la alcaldesa y sus socios nos repetirán una y otra vez que no hay dinero para mantener centros culturales en los barrios o para hacer que la cultura sea asequible mientras se financia el toreo con dinero público para beneficiar a los grandes ganaderos, terratenientes y aristócratas. No, los toros no son historia de la clase trabajadora y la juventud asturiana. Al revés, la movilización animalista y antifascista de más de 1.500 personas el día que se oficializaba el regreso de los toros demuestra que nosotros y nosotras luchamos contra el sufrimiento animal, contra la degradación medioambiental y quienes la provocan, contra la gran industria ganadera capitalista y la cárnica, que no sólo maltrata a los animales sino también a sus trabajadores y trabajadoras, la gran mayoría de ellos migrantes.
En Asturias, como en el resto del Estado, no vamos a dar ningún tipo de tregua a la violencia machista, ni permitir ningún tipo de retroceso. Levantaremos la bandera del feminismo revolucionario y anticapitalista todas las veces que sean necesarias, como ya hicimos el pasado 19 de julio en la gran manifestación antifascista o el 15 de agosto en la manifestación antitaurina.
Contra las declaraciones Fernando Fernández y la ideología de los de la España, una grande y libre, vamos a seguir defendiendo que la lucha es el único camino, que tenemos fuerza para derrotar a los fascistas y a la extrema derecha con la movilización en las calles y defendiendo un programa anticapitalista, antifascista y de feminismo revolucionario.