Los resultados de las elecciones andaluzas con el avance de la derecha y de la formación fascista Vox han provocado una gran conmoción entre millones de trabajadores, trabajadoras y jóvenes. Estos resultados son una importante llamada de atención porque representan una amenaza real en muchos sentidos. Precisamente para poder combatir y frenar el avance de la derecha y la extrema derecha es necesario comprender cuáles son los factores que explican estos resultados.

El primer factor es la situación de profunda crisis económica que atravesamos y las terribles consecuencias que esto ha supuesto para la mayor parte de la población como la precariedad extendida de una forma salvaje, el desempleo o los recortes sociales. Hay que decir que la respuesta de la clase trabajadora y la juventud ante esta realidad no ha sido quedarse de brazos cruzados. Muy al contrario, hemos respondido con la organización y la lucha, con el 15M, la marea blanca, la marea verde, las marchas por la dignidad, con la huelga del 8 de marzo, con la rebelión del pueblo de Catalunya. Y ante esta respuesta, hemos tenido también que enfrentar el recorte de nuestros derechos democráticos y la represión a todos aquellos y aquellas que nos hemos rebelado ante esta situación. Hemos demostrado la fuerza y la determinación por cambiar nuestra realidad, pero esta respuesta ha contrastado totalmente con la que hemos visto por parte de los dirigentes de los partidos que tradicionalmente han representado las fuerzas de la izquierda.

El PSOE lleva ya mucho tiempo aceptando y aplicando las mismas recetas que la derecha defiende en el Estado español y en toda Europa. Y es que en los puntos esenciales sus dirigentes no han hecho otra cosa que plegarse a las exigencias de los grandes bancos y las grandes multinacionales, y les han llenado los bolsillos mientras recortaban en educación, sanidad o dependencia, o se desahuciaba a cientos de miles de familias de sus viviendas; han mirado a otro lado frente a la violencia contra las mujeres y no se han atrevido a tocar a una judicatura machista que ampara a maltratadores y violadores; han respaldado la represión franquista del aparato del Estado cuando el pueblo de Catalunya defendía su legítimo derecho a decidir. Pero no son los únicos que tienen una gran responsabilidad en lo que ha sucedido.

Unidos Podemos con su marca Adelante Andalucía también ha cosechado un importante varapalo en estas elecciones. Es el precio a pagar por la línea política que han adoptado en el último período, olvidándose de que fue la lucha en las calles lo que les llevó a nacer. Su renuncia a la movilización social, sus ansias por llegar a un gobierno de coalición con el PSOE y su orientación a las instituciones les han colocado en la práctica del lado de quienes han promovido la paz social en un momento tan crítico para la mayoría como el que vivimos actualmente. Justo cuando lo que necesitamos para lograr nuestras demandas es todo lo contrario. Por supuesto que queremos luchar por posiciones en parlamentos y ayuntamientos, pero la lucha en la calle es el punto esencial y Unidos Podemos parece haber olvidado que fue precisamente eso, su discurso anticapitalista, contra la monarquía y el régimen del 78, su vinculación y apoyo a las grandes movilizaciones sociales, lo que les hizo ganar un gran apoyo entre millones de jóvenes y familias trabajadoras. Su posición respecto a Catalunya ha sido también un gravísimo error: mientras millones de trabajadores y jóvenes luchaban por la república y se enfrentaban a la represión, los dirigentes de Unidos Podemos llamaban a la calma y a pactar un “referéndum” con los mismos reaccionarios que habían enviado miles de policías y guardia civiles a golpear salvajemente a ciudadanos que ejercían pacíficamente su derecho a decidir. Estos errores se han pagado duramente en las urnas y han abierto el paso a la reacción.
Muchos trabajadores y trabajadoras no han ido a votar en estas elecciones en Andalucía y el motivo es su desencanto, no sólo con respecto al PSOE, sino con respecto a esas fuerzas “del cambio” que prometieron enfrentarse a monarcas, banqueros y dueños de grandes empresas en favor de la mayoría y que una vez en el gobierno no han cambiado nada de nuestra realidad.

La responsabilidad de lo ocurrido no es de los trabajadores y las trabajadoras, ni de la juventud, que hemos peleado estos años duramente, en las Mareas, en la gran huelga general feminista del pasado 8 de marzo, en las huelgas estudiantiles convocadas por el Sindicato de Estudiantes y Libres y Combativas, en la lucha ejemplar de nuestros abuelos y abuelas en defensa de unas pensiones dignas, o en las movilizaciones del pueblo catalán a favor de la república. La responsabilidad no es nuestra, sino de unos dirigentes parlamentarios de la izquierda, y unas cúpulas sindicales de CCOO y UGT muy burocratizadas, que han sido incapaces de romper con los recortes y la austeridad, con la lógica que imponen los banqueros y la CEOE y con el régimen antidemocrático del 78.

El avance de la extrema derecha y cómo combatirla.

VOX entra en el parlamento andaluz con 12 escaños, muchos más de los que le daba cualquier encuesta. Su discurso es abiertamente fascista, españolista, machista, homófobo y racista. Francisco Serrano, cabeza de lista por Sevilla, un juez suspendido dos años por prevaricación, no se ha cortado en afirmar que el feminismo es “yihadismo de género” y que uno de los problemas del país es la memoria “histérica”.

Hemos denunciando en multitud de ocasiones cómo las instituciones del Estado nunca fueron depuradas tras el fin de la dictadura y la consecuencia de esto es que hoy los herederos del franquismo siguen ocupando posiciones decisivas en la judicatura, la policía, el ejército, etc. Las sentencias machistas y clasistas como la de la Manada, el encarcelamiento de los jóvenes de Altsasu o la brutal represión al pueblo de Catalunya mientras conocidos torturadores franquistas, violadores, corruptos y banqueros se van de rositas cuando atacan los derechos más básicos de la mayoría son ejemplos que ilustran perfectamente esta realidad.

El Partido Popular siempre ha alojado bajo sus alas a estos sectores ultraderechistas, negándose a condenar la dictadura franquista. Sin embargo, el PP está hundido en la ciénaga de la corrupción, y su política salvaje de recortes ha generado un gran descontento social. La crisis de la derecha, con el surgimiento de Ciudadanos, es un reflejo de esta realidad. La falta de una alternativa para cambiar las cosas por parte de los dirigentes de la izquierda frente a la dictadura del gran capital, frente a la campaña del nacionalismo españolista ante los acontecimientos en Catalunya, etc. han dejado el espacio y el terreno abonado a Ciudadanos y Vox, que han arrastrado con su demagogia a sectores de trabajadores y capas medias desmoralizados y muy golpeados por la crisis.

Desde el Sindicato de Estudiantes y Libres y Combativas llamamos toda la juventud a levantarnos para combatir a la derecha, al fascismo y al machismo. Llamamos a hacerlo al lado de los trabajadores y trabajadoras que han luchado incansablemente a nuestro lado en las calles todos estos años, uniendo nuestras fuerzas con las el resto de organizaciones combativas de la izquierda. Y llamamos a hacerlo con los únicos medios que realmente son efectivos. No lograremos frenar a la derecha llamando a una “alianza de fuerzas constitucionalistas” como hace el PSOE, sino con movilizaciones masivas, con la huelga general, con la defensa de una alternativa revolucionaria que rompa con el sistema capitalista que aplasta a la mayoría.

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