Hay que acabar con la monarquía franquista, ¡por una república de la clase trabajadora y la juventud!

El pasado 3 de agosto la Casa Real, con el visto bueno del Presidente Pedro Sánchez, hacía público un comunicado en el que el rey Juan Carlos – colocado a dedo por el mismo Franco durante la dictadura – anunciaba que “ante la repercusión pública que están generando ciertos acontecimientos pasados de mi vida privada (...) se trasladaba fuera de España”.

Estos acontecimientos pasados a los que se refiere son todas las tramas corruptas mediante las cuales, utilizando su posición como Jefe del Estado, amasó una fortuna de más de 2.000 millones de euros, que ahora se ha llevado consigo en su huida. Desde los 100 millones de comisión por su participación en la construcción del AVE a la Meca, hasta las retiradas de 10.000 euros diarios de sus cuentas en Suiza durante la crisis, y los maletines de dinero gracias a la autorización del Estado español a la aviación norteamericana por el uso de las bases militares de Rota y Torrejón para su agresión contra el pueblo de Iraq, la corrupción durante casi 45 años de Juan Carlos I ni conoce límites ni ha sido juzgada.

No son solo un rey y una monarquía corruptos, es todo un aparato del Estado y el régimen del 78

El régimen del 78 no ha dudado en proteger a capa y espada al monarca durante todas estas décadas y no duda en seguir haciéndolo. Y no puede ser de otra manera ya que Juan Carlos de Borbón no ha actuado en todas estas tramas corruptas al margen del sistema, de la burguesía, del Ibex-35, de las grandes operaciones de la oligarquía financiera, ni de la complicidad de los grandes hombres y mujeres del régimen del 78. Igual que su abuelo Alfonso XIII prolongó su reinado gracias a la dictadura de Primo de Rivera y salió rumbo a un exilio dorado, Juan Carlos I fue colocado por los pro hombres del franquismo como garantía de que los crímenes de la dictadura y los intereses de la élite financiera, industrial y agraria que se beneficiaron de ellos quedaban salvaguardados.

Y los favores se pagan. Por eso desde que salieran a la luz algunos de todos los trapos sucios del rey emérito, todos los partidos del sistema han salido a ensalzar públicamente su figura y su papel y el de la monarquía como garantes de la democracia en el Estado español y han defendido la inviolabilidad del monarca para ser juzgado. Hasta el punto de que el Presidente del Gobierno Pedro Sánchez sigue los pasos marcados por la burguesía e insiste en continuar defendiendo la existencia de esta institución corrupta, señalando que no es lo mismo la persona que la institución. Pero, ¿cuál es esa diferencia a la que tantos medios de comunicación se refieren? Seamos claros, la familia Borbón y la monarquía parlamentaria que establece la Constitución y defienden los partidos del régimen del 78, son las herederas elegidas por el dictador Franco como sus sucesoras al frente de la Jefatura del Estado.

La crisis de la monarquía es un reflejo más de la crisis del capitalismo español. Si algo demuestra la huida del Borbón es la moral podrida de este sistema, capaz de encarcelar a dirigentes políticos y sociales por organizar un referéndum en Catalunya, a tuiteros, raperos, a jóvenes como los de Altsasu o activistas como Alfon, y al mismo tiempo pretende que aceptemos que el que fuera rey hasta 2014 disfrute de un retiro dorado fuera de nuestras fronteras con su botín a buen recaudo y manteniendo su título de rey emérito y su pertenencia a la Casa Real.

Por eso son aún más censurables las declaraciones de Pedro Sánchez y de los dirigentes del PSOE, que sumando sus voces a las del PP, Cs y Vox rinden tributo a este ladrón y consagran la figura de Felipe VI como garantía de continuidad del régimen, como ya hicieron en su momento con Juan Carlos I. Pero el hijo no es distinto del padre por más lavados de cara que traten de darle. Felipe VI ya ha demostrado su firme propósito de seguir manteniendo intactos los intereses de la oligarquía y su carácter represivo y autoritario alentando la ofensiva del aparato del Estado contra el pueblo de Catalunya. Muestras más que evidentes del carácter reaccionario de la monarquía y de su disposición absoluta a jugar el papel de Jefe del Estado que el dictador reservó a la familia Borbón para dejar todo atado y bien atado.

¡Claro que hay fuerza para acabar con la monarquía e instaurar una república de los trabajadores y la juventud!

Como ya hicieron en 2014 cuando la crisis de la monarquía llegó a un punto crítico y el ascenso de la lucha de clases forzó la abdicación de Juan Carlos en favor de su hijo, desde las filas del PSOE no han dudado en preservar la continuidad de la monarquía y cerrar a cal y canto cualquier tipo de ventana en pro de una república. Una posición que ha vuelto a señalar las contradicciones que existen en el Gobierno de coalición después de que algunos dirigentes de Unidas Podemos, entre ellos Pablo Iglesias, calificasen la huida de Juan Carlos I como un acto vergonzoso y reconociesen que Pedro Sánchez no les había informado de esta decisión de la Casa Real.

Sin embargo no son suficientes las declaraciones retóricas sobre la poca moralidad del rey, o los comunicados llamando a abrir un debate sobre el modelo de Estado sin no van acompañados de ninguna acción concreta. Los ministros y ministras de Unidas Podemos no pueden mirar para otro lado para seguir manteniendo sus posiciones en el Gobierno. Tampoco pueden echar balones fuera y lavarse las manos cuando la posibilidad de acabar con esta monarquía empuja con fuerza, como hizo Pablo Iglesias en un vídeo al día siguiente de este anuncio, justificando que “las correlaciones parlamentarias existentes no permiten una reforma constitucional” pero que “tarde o temprano los jóvenes en nuestro país impulsarán una república”. ¡Por supuesto que las y los jóvenes lucharemos por barrer esta monarquía corrupta e impulsar una república socialista al servicio del conjunto de la clase trabajadora y la juventud!, pero eso no exime que UP exija al PSOE la ruptura con la monarquía e impulse la movilización en las calles para imponer este referéndum democrático sobre la república.

La juventud, así como los trabajadores y trabajadoras del Estado español ya hemos demostrado una y otra vez nuestra determinación a acabar con el régimen del 78, el mismo que ampara y protege un aparato del Estado y una justicia al servicio del sistema capitalista, el paro masivo, la precariedad y la falta de futuro para la juventud.. Hemos señalado y desafiado este sistema podrido llenando las plazas de todo el Estado durante meses en el movimiento 15M, impulsando la Marea Verde y la Marea Blanca en defensa de la educación y la sanidad públicas, las Marchas de la Dignidad, las huelgas del 8M en defensa de los derechos de las mujeres trabajadoras y las movilizaciones de masas clamando contra la justicia franquista que ampara la violencia sobre nosotras.

También el pueblo de Catalunya, con la juventud al frente, no ha dejado de luchar incansablemente por la república que más de dos millones de catalanes y catalanas votaron desafiando a este sistema y a sus fuerzas represivas, alentadas por el propio rey Felipe VI al frente de la ofensiva del aparato estatal.

La correlación de fuerzas está muy clara. Por eso es el momento de que la izquierda militante y combativa, que con su lucha ha desnudado el auténtico carácter de clase de este sistema y de esta monarquía, llame a la movilización masiva para exigir la inmediata convocatoria de un referéndum democrático donde el pueblo pueda expresarse y votar si quiere seguir sometido a esta institución reaccionaria o prefiere una república.

Hay que levantar un movimiento poderoso a favor de la república de los trabajadores y la juventud, que rompa con la austeridad y los recortes, y que defienda abiertamente la transformación de la sociedad.

Por la república socialista, abajo la monarquía corrupta
Por la celebración inmediata de un referéndum democrático para votar por la república

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