El 30 de diciembre de 2020 será recordado como un día histórico en Argentina y en toda América Latina. Después de años de movilización incansable de la Marea Verde argentina por la despenalización del aborto y el reconocimiento de este derecho de las mujeres, por fin 2020 acababa con la aprobación de esta ley. Con 38 votos favorables, 29 en contra y una abstención, ¡el aborto ya es legal en Argentina!
Esta victoria del movimiento está siendo celebrada en las calles de Buenos Aires y de todo el país, así como por millones luchadoras y luchadores en todo el mundo que hemos vivido la lucha de nuestras hermanas argentinas en carne propia. El tremendo esfuerzo de la lucha se ha convertido en alegría y celebración por este paso decisivo hacia la conquista de la plena igualdad: por fin las mujeres argentinas, especialmente las jóvenes y trabajadoras, aquellas con menos recursos, están protegidas legalmente, sea cual sea la razón por la que decidan interrumpir su embarazo, sin miedo a ser juzgadas, coaccionadas, estigmatizadas, condenadas o a perder la vida por ello.
Toda esta batalla se ha reflejado en el Congreso y el Senado, y el grito de ¡Será ley! se ha convertido en ¡Ha sido ley! La senadora Silvia Sapag en sus declaraciones fue muy contundente “Hasta hoy se ha romantizado el embarazo forzoso, se ha subestimado el abuso sexual, se ha relativizado el daño sobre la salud física, emocional y mental de la mujer, basta de trato inquisitorio”. El aborto es un derecho de las mujeres a decidir sobre nuestro propio cuerpo. No se trata de un debate moral o filosófico, sino de un debate de salud pública, de si el Estado da cobertura sanitaria o no a las mujeres que abortan, si las discrimina en base a sus razones íntimas y personales para abortar y, sobre todo, si las que deciden abortar tienen recursos económicos o no para hacerlo con garantías de seguridad para su propia vida. Por lo tanto era urgente sacar esta ley adelante, pero también es una necesidad imperiosa que se garantice su cumplimiento con todas las garantías sanitarias para que el derecho al aborto sea libre, seguro y gratuito.
Gracias a la lucha los casi 500.000 abortos clandestinos anuales que se han practicado hasta ahora dejarán de pesar sobre la vida de miles de familias argentinas. Por eso no sólo las mujeres están de enhorabuena, sino toda la sociedad. Esta conquista es ya un referente para todo el mundo, y especialmente para América Latina, donde la mayoría de países cuentan con legislaciones ultraconservadoras, como Chile, donde la dictadura derogó el artículo 119 del código sanitario que amparaba el aborto terapéutico entre 1931 y 1989. La lucha es el único camino y gracias a ella Argentina se suma a Uruguay, Cuba, Guayana francesa o Puerto Rico, donde el aborto es un derecho reconocido por la ley.
Todos estos años de movilizaciones de la Marea Verde, con millones en las calles de todo el país, por conseguir este derecho tan básico sobre nuestro propio cuerpo, enfrentándose cara a cara a los sectores más conservadores y al poder de la Iglesia, han demostrado al mundo entero que sí se puede luchar por un mundo mejor, más justo y más seguro. Han vuelto a demostrar que la lucha decidida, las largas horas en vigilias, marchas y manifestaciones, extendiendo la movilización a nivel internacional, son la única forma de conquistar nuestros derechos.
¡Ha sido ley!
¡Ni un paso atrás!