El día 8 de marzo más de 200 vecinos de Fontanar se concentraron frente al Ayuntamiento para exigir la dimisión del alcalde Víctor San Vidal por los graves insultos y vejaciones a las que había sometido a una trabajadora municipal.
Estos hechos salieron a la luz porque unos jóvenes al escuchar los gritos de este energúmeno grabaron desde la calle y el audio se hizo viral a través de las redes sociales. En el audio se puede escuchar como el ahora exalcalde gritó cosas del estilo: "eres una retrasada mental", "eres tonta (...) te vas a ir a la puta calle" y "eres la vergüenza de tu familia".
La brutalidad y el desprecio que transmiten esos gritos e insultos han sido la gota ha colmado el vaso. En una localidad donde era por todos conocido la verdadera actitud de este alcalde. La realidad es que si podía actuar de esta manera es porque se veía con una impunidad absoluta por parte del aparato judicial.
Este elemento fue investigado por un caso de malversación y llegó a ser detenido y el Ayuntamiento registrado. Finalmente fue absuelto de los cargos, pero en la sentencia se reconoce que la obra por la que se le investigó fue realizada de manera irregular y con falta de trasparencia a una empresa que no estaba constituida y que se llevó un beneficio del 50%.
Después de esta nueva denuncia ha salido a la luz otro caso protagonizado por este alcalde. Una exconcejala que compartió equipo de gobierno le denunció por acoso pero se archivó por falta de pruebas. Del mismo modo, la Fiscalía de Castilla-La Mancha, que ha abierto ahora diligencias por estos hechos, ha manifestado que no es la primera vez que lleva a cabo conductas de este tipo. Es inaceptable que la justicia ampare una y otra vez a este tipo de machistas dejándonos a todas en una situación de indefensión.
Fuera machistas de Fontanar
En este caso, la diferencia con ocasiones anteriores es que alguien lo grabó. Incluso así, como buen machista primero negó los hechos. Llegó a asegurar que no se reconocía en esos audios. Cuando se dio cuenta de la dimensión que había tomado este caso alegó que se encontraba en tratamiento médico y que su carácter es pacífico y dialogante. Finalmente cuando la presión ya era mayúscula dimite de alcalde pero continúa con su acta de concejal, para poder seguir cobrando del Ayuntamiento. Seguro que ahora saldrán voces planteando que el sistema funciona porque ha dimitido y la fiscalía ha abierto diligencias. Pero esta dimisión no es fruto de ningún juez ni fiscal. Es una victoria del movimiento feminista de Guadalajara que alto y claro ha gritado que ¡Se acabó!
Este nuevo escándalo es un reflejo del machismo incrustado profundamente en la sociedad y las dificultades que tenemos las mujeres para denunciar y ser creídas, dificultades que se hacen más grandes aun cuando los acosos o agresiones son de un cargo público que además es tu jefe y encima en un pueblo pequeño como Fontanar que tiene algo más de 2.500 habitantes.
200 vecinos apoyaron a Silvia frente a este machista misógino, este es el camino: ninguna agresión sin respuesta.