Selena Ortiz, estudiante y compañera de Lliures i Combatives, el Sindicat d’Estudiants y Esquerra Revolucionària en Barcelona, ha sufrido acoso y transfobia en su centro de estudio. A pesar de que en los últimos años la visibilización y la lucha por los derechos trans ha avanzado considerablemente, unido a las movilizaciones feministas combativas de masas y la radicalización del movimiento LGTBI de clase, todavía queda mucho por conseguir y pelear.
Fruto de la lucha incansable de las personas trans, el 16 de febrero de 2023 se aprobó la Ley Trans en el Congreso, una ley que enfureció tanto a la extrema derecha como al PSOE. Sin embargo, la legislación tiene grandes carencias.
Lliures i Combatives (LliC): Según un informe realizado por FELGTB, el 58% de las personas trans de entre 16 y 24 años han sido víctimas de transfobia en sus centros de estudio. ¿Cómo ha sido tu caso y cómo está siendo el proceso de denunciarlo?
Selena Ortiz: Para empezar, quiero decir que esta entrevista es para mí un placer por el hecho de hablar y visibilizarnos a las mujeres trans y a nuestras luchas diarias.
Evidentemente, y por desgracia, el acoso tránsfobo que yo he sufrido es algo que sucede diariamente para muchas personas trans y del colectivo LGTBI en colegios e institutos. Por supuesto no es solo en los centros de estudio, tal como apunta otro informe que redactó la FELGTB la transfobia se ha triplicado en los últimos 5 años en la vía pública ya siendo violencia verbal, física o sexual.
Por desgracia yo, como miles de personas, he padecido esa violencia. Una violencia que muchas veces sucede desde antes que, por ejemplo, en mi caso, empezara mi transición. Creo que de algún modo, se puede llegar al imaginario de que una persona trans antes de declararse y afirmarse como tal se la vea diferente, porque evidentemente está en un cuerpo y en unas vivencias que no le corresponden.
En mi caso eso es lo que sucedió cuando yo estaba cursando la ESO, en l’Escola Santa Maria dels Apòstols de Barcelona. Sufrí esa violencia (verbal y sexual) durante 4 años junto con la represión de tener que callar mi propia identidad, ya que, si decía lo que me estaba pasando tenía que manifestar mi identidad de género y en ese momento no estaba preparada.
Esto me desencadenó un Trastorno de la Conducta Alimentaria, específicamente anorexia nerviosa y estuve 7 meses ingresada. Tras mucho trabajo psicológico y emocional, pude acabar denunciando los hechos y al fin ser Selena.
Por otro lado, también sufrí transfobia consentida por el propio profesorado en un Ciclo Formativo de Grado Superior de Dietética, en el Institut Joan Ramón Benaprès de Sitges, el cuál dejé en febrero de este mismo año por ese motivo.
LliC: Todos estos casos de acoso y agresiones están ahora mismo en procesos judiciales abiertos. ¿Cuál ha sido el trato por parte de las instituciones y la judicatura? ¿En qué estado se encuentran ahora?
SO: Sí, es así. Se encuentra en proceso judicial el caso de violencia LGTBI que padecí en la ESO. De hecho, fue el pasado miércoles 19 de junio cuándo se celebró el juicio por esta denuncia. Tengo mucho que agradeceros por el acompañamiento que me habéis prestado en el proceso.
El trato que recibí fue bastante correcto, aunque sé que es una excepción. El sistema judicial ejerce la violencia contra las mujeres, tanto las mujeres cis como trans, y su base patriarcal coloca una diana también a las personas LGTBI. No por casualidad muchas de nosotras no denunciamos, porque sabemos que dejaran impunes a nuestros agresores y que encima, el juicio público lo vamos a sufrir nosotras. La justicia en este país parece sacada del Antiguo Régimen, no por casualidad hemos luchado a pleno pulmón contra ello.
Ahora mismo estamos pendientes de que salga el veredicto del juicio. Sinceramente, yo no espero mucho de esta justicia. Tengo esperanza de que los agresores paguen de alguna forma, pero estoy muy satisfecha de haber dado el paso, de haber sido valiente y haber llevado a estas personas que tanto dolor me han provocado a los tribunales. He podido decirles en la cara todo el vilipendio que sufrí por parte suya. Y he podido llevar a la práctica eso que tanto gritamos de que “ninguna agresión sin respuesta”. Así que, misión cumplida.
LliC: El año pasado fue aprobada la Ley Trans. ¿Qué opinas de ello? ¿Qué ha supuesto para ti esta ley?
SO: Pienso muchas cosas de esta ley, tanto positivas y negativas. Pienso que es un reconocimiento a nuestra lucha y que es un paso adelante reconocer que hay diferentes realidades trans, que las despatologiza. Por ejemplo, creo que todxs celebramos que no haga falta hormonación para que en este país se te considere una mujer trans. Pero, tiene muchas carencias. Una ley en la que no entran las personas no binarias, donde no entran las personas sin papeles o menores… no es una ley para todes. También olvida algo muy importante: sin más recursos económicos para la sanidad o la educación pública, las personas trans seguiremos sufriendo episodios de violencia porque faltan recursos.
En mi caso, la aprobación de la Ley Trans me trajo una situación de inestabilidad muy grande. Yo empecé el proceso de mi cambio de nombre unos meses antes de que esta se aprobara, por lo cual, tuve que aportar toda una información médica de que ya me estaba hormonando, tuve que pasar por una médico forense y llegado un momento desde el Registro Civil se me comunicó que debía volver a empezar el proceso porque la nueva Ley Trans ya se había incorporado en el BOE. Así que volví a empezar todo el nuevo proceso, en el que he de pronunciar que tuvieron un gran error al comunicarse en septiembre del 2023 la nueva partida que ya estaba en el Registro desde Junio de ese año.
LliC: Se acerca el día del orgullo LGTBI, el día 28 de junio, donde se conmemoran las revueltas de Stonewall Inn que ocurrieron en 1969. ¿Por qué es importante reivindicar un orgullo anticapitalista y combativo?
SO: La gran importancia de reivindicar un orgullo anticapitalista y combativo es el motivo de todo lo que nos rodea. El capitalismo nos oprime día a día y es una vergüenza que sus defensores de intenten lucrar de nuestra lucha. Los empresarios que colocan en la bandera LGTBI en el mes de junio luego son los mismos que promueven el acoso, nos despiden o no nos contratan por nuestra orientación e identidad… Es una estrategia de marketing muy pensada para obtener más dinero, por eso nos tendrán en frente.
Y este año además, como ya hicimos el 8M, es muy importante vincular la lucha LGTBI con la lucha palestina. Hay una campaña machacona que intenta lavarle la cara a Israel diciéndonos que es la “única democracia” de Oriente Medio. Pues mira, no. Un Estado colonialista que aplasta los derechos y arranca la vida a miles de palestinos, no es una democracia ni es nada.
Este Orgullo mandaremos nuestra fuerza a Gaza y cogeremos la bandera palestina también para denunciar la complicidad de los Gobiernos occidentales. Somos anticapitalistas, somos antiimperialistas, y lo volveremos a mostrar.
Quiero acabar con lo que empezaba diciendo: gracias por dejarme alzar la voz junto a miles de mujeres y por darme este espacio para poder expresar con libertad todo lo que todas en algún momento de nuestra vida tuvimos que callar. Libres, porque la libertad es nuestro derecho de nacimiento.