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La Universidad Pablo de Olavide de Sevilla ha vuelto a demostrar que las políticas feministas y los valores humanos de los que tanto hacen gala son solo una fachada que no se trasladan a la realidad de la comunidad educativa. A finales del curso pasado, dos estudiantes se pusieron en contacto con la Oficina de Igualdad para consultar y proponer soluciones para conciliar sus estudios con la maternidad. La propuesta principal que ellas llevaban era conectarse a las clases desde su casa, lo cual es perfectamente posible gracias a la infraestructura con la que cuentan las aulas desde la pandemia de la COVID-19.
Tras varios meses esperando una respuesta, la Oficina de Igualdad, a través de una reunión con su responsable y con la Vicerrectora de Estudiantes, les anunció que no iban a aceptar ninguna de sus propuestas y que la única alternativa que les ofrecían era realizar una prueba única de cada asignatura. Una “solución” ridícula, que no responde ni de lejos a las necesidades de las estudiantes. De hecho, ni siquiera se dignaron a dar un motivo fundado de por qué se rechazó la petición de dar las clases online, entre otras propuestas igual de razonables.
Violencia y abandono institucional
La UPO no solo se ha negado a ofrecerles medidas reales de conciliación, sino que desde que empezaron este proceso, estas dos estudiantes no han parado de ser ninguneadas y vejadas por los organismos de dirección de la Universidad. Sin ir más lejos, cuando durante la reunión pidieron espacios para la lactancia, les llegaron a decir que las chirigotas universitarias también solicitaban espacios y no se los daban. ¿Cómo se atreven la delegada de Igualdad y la Vicerrectora de Estudiantes a comparar y poner al mismo nivel las necesidades de una madre con las de una chirigota?¿Cómo puede ser que una universidad pública invalide de forma tan insultante una petición tan básica como tener un lugar donde poder dar el pecho dignamente?
Es un auténtico escándalo que la UPO abandone de esta forma a las estudiantes, que tienen que compaginar su carrera con el cuidado de sus hijos e hijas y, en muchos casos, con un trabajo.
Por si fuera poco, cuando las dos estudiantes plantearon la necesidad de reabrir la escuela infantil del campus, la Vicerrectora les respondió que no tenía demanda. Parece una broma de mal gusto que diga esto delante de dos personas que no solo están demandándolo, sino ese servicio que les solucionaría gran parte de sus problemas. Lo que en realidad querrían expresar con eso es que la escuela no les salía económicamente rentable, como si el objetivo de un servicio público fuera obtener beneficios.
Nos quieren echar por ser madres y de clase trabajadora. ¡No lo vamos a permitir!
El mensaje del Rectorado es claro: si eres una madre de clase trabajadora, si no puedes ir a todas las clases, si no te puedes permitir pagar a alguien para que cuide a tus hijos, los estudios superiores no son para ti. Para la élite universitaria, los hijos e hijas de la clase obrera no tenemos cabida en la Universidad y van a hacer todo lo que esté en sus manos para expulsarnos del sistema educativo de una forma u otra.
Por eso tenemos que seguir reclamando que ninguna persona debería verse obligada a abandonar sus estudios por motivos económicos, laborales o familiares. La educación es un derecho que hemos conquistado a través de la lucha y no vamos a renunciar a él.
¡Exigimos medidas de conciliación reales!
- Enseñanza online para casos particulares como éste, disponiendo de todos los medios que sean necesarios. En casos concretos en los que la presencialidad sea necesaria, la posibilidad de llevar a nuestras hijas e hijos a la universidad.
- Reapertura inmediata de la escuela infantil del campus ¡Basta ya de recortes en la escuela pública!
- Aumento drástico de las ayudas y becas al estudio, para que nadie tenga que renunciar a seguir estudiando por motivos laborales o familiares.
- Espacios para la crianza, donde poder amamantar, alimentar o pasar un rato con nuestros hijos e hijas.
- Revisión normativa a todos los niveles para que los centros de estudio no puedan continuar siendo ajenos a esta realidad. Es necesaria la creación de una legislación integral de conciliación, que además cuente en su redacción con la participación de las personas afectadas y una memoria económica para desarrollar todos los medios y ayudas que se necesiten.
- Creación de una red de apoyo a la maternidad dentro de las universidades.
Contáctanos y organízate con nosotras para luchar por estas reivindicaciones y una universidad pública y de calidad.
¡La lucha es el único camino!
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